
Es dificil encontrase con esa línea prolongada en el tiempo y suscrita a los errores de la humanidad sin haber entendido antes que en la simplicidad está todo. El hombre se deja poseer de todo aquello que le deslumbra y lo ciega y a veces es tanto el humo que sube hasta sus ojos que se confunde con lo irreal y en lo que él mismo se cree a pesar de no ser cierto. Estamos hastiados de tanta confuguración barata y recargada que lo que nos ofrece es solamente un estado de satisfacción vacuo e inverosimil. Nada puede llegar a confundir a la persona que en su YO más personal encuentra a ese perfecto desconocido que ni él mismo sabe que existe. En ese estado sin ambición en el cual podemos romper la vasija que nos contiene y hallar ese camino de vuelta donde la clave para encontrar un queilibrio justo en la vida es la simplicidad.