
En esa vida que yo domino se vertebran muchos canales de la existencia. Nadie es dueño de nadie y aunque parezca mentira a todos nos pertenece ese poquito de privacidad tan malversada en estos tiempos. La gran belleza de observar esa vida que dominamos será la receta perfecta en la que apoyarnos y construir. Hablamos de guerra y teniéndola cerca y no somos capaces de versionar nuestras intenciones para que aquellos que buscan su enriquecimiento a costa de la sinrazón de los pueblos y de sus mandatarios se salgan siempre con la suya. Y es que siempre pensamos lo mismo «a mí no me va a tocar». La energía, la guerra, cuando la casa se está quemando ya no hay solución porque el conflicto en cualquiera de sus formas es destrucción de energía, de valores y sobre todo de futuro. Entre fusiles de papel, amenazas y competitividad este mundo al que llamamos Tierra se enfrenta a un estadio de suma gravedad y que a día de hoy nadie sabe como detenerla.Esa vida que yo domino igual que usted y el del otro lado del mundo, la vida en su total es el hecho real más importante. Nuestro negocio personal pero lamentablemente acumulamos demasiado conocimiento y perdemos humanidad. «La paz es ver un hecho tal como es y estar libre de él».