Emulando a Ícaro

Desde que el mundo es mundo muchos han sido los que han dejado suelta su imaginación a la vez que han ido en busca de su propia libertad. Este es el mito de Dédalo y su hijo Ícaro. Volar. ¿Quién no ha soñado con ello alguna vez con tener alas y sobrevolar el mar? Hoy lo hacemos cómodamente a bordo de los aviones y experimentamos sensaciones que se nos quedan grabadas en nuestras retinas. Mucho ha avanzado el hombre para llegar hasta ese placer de separarse del suelo y llegar hasta las nubes. De sobrevolarlas y de recibir esa inmensidad azul del infinito a través de una ventanilla.

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