Comprometidos

No estamos ni tan siquiera comprometidos. Muchas palabras y pocos gestos. Las costas, los montes, las riberas de los ríos gritan a voces por esa actitud irresponsables de quienes han encontrado en el turismo una manera de enriquecerse. La naturaleza ya no puede más porque estamos haciéndola víctima de nuestros juegos, nuestras aventuras, nuestros desafíos. Por todo el mundo la naturaleza clama un poco de silencio, de paz. Y nadie la escucha. Mientras medio mundo se mata en guerras por el poder los presupuestos para fortalecer, respetar y hacer renacer nuevamente la vida que un día nos deleitó, nos enamoró y hasta nos hizo cambiar el rumbo de nuestro destino pasa a segundo lugar. Que vergüenza o más bien diría yo que lastima porque en esta contienda los que vamos a perder somos nosotros. He viajado por diferentes lugares y me asombro al ver como hemos ido comiendo al mar su espacio. Hemos talado muchos bosques sin necesidad alguna y hemos dejado correr nuestras miserias (basuras) en las rutas más maravillosas que hemos podido realizar. ¿Todavía nos quejamos de que las enfermedades se extiendan sin apenas ser reconocidas y atacadas? ¿Aún pensamos que el ciclo natural de las estaciones es solo cosas de un cambio climático que lo hemos provocado nosotros mismos? Hoy miro con desconsuelo las costas de Galicia, del Mediterráneo, de Canarias por supuesto y me da asco. Muchas marchas y convenciones. Demasiadas cumbres que a golpe de motor de aviones y grandes automóviles desfilan ante el mundo vestidas de descaro.

¿Comprometidos? No sabemos muy bien ni lo que queremos.

Deja un comentario