A un paso del mar

Encontrarnos con un paisaje como este solamente puede ocurrir en el País Vasco o Cantabria. Del mar a la montaña en un abrir y cerrar de ojos nos trasportamos a idílicos paisajes entre su verde manto.

Con un verano demasiado caliente zambullirse en estas playas nos renueva y nos conforta. Contar con el regreso nos hace concebir nuevos proyectos en la distancia porque esos momentos son los que nos alimentan y nos fortalecen. A un paso del mar todo parece distinto mientras la brisa hace desvanecer los problemas y recobrar nuevas sintonías.

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