

El árbol de Guernica es el símbolo más universal de los vascos. Bajo su sombra se celebraban las asambleas de la Juntas Generales a las que acudían representantes de los diferentes municipios vizcaínos- El tronco viejo es el resto más antiguo que ha llegado hasta nuestros días, aunque la documentación da testimonio de ejemplares anteriores. En 1880 se plantó su sucesor que permaneció enfrente de la tribuna hasta el año 2004. El roble actual se plantó con quince años en el año 2015. Su significado simbólico sigue perpetuándose tal y como el alma de Euskal Herria sigue trasmitiéndose de generación en generación.