¿Ciudadanos de segunda?, si

La justicia no es igual para todos y por mucho que nos mientan les delatan sus declaraciones. Los ciudadanos no se miden hoy en día con el mismo metro porque aunque parezca mentira siempre hay otro nivel que no se moja con las desgracias ni reconoce sus fallos. ¿Dónde está la igualdad? Cuando un país está consternado por la falta de empatía, por la valoración que las instituciones y ofrecen por buenos los residuos que otros no quieren. ¿Hay alguien que no se sienta reconocido, valorado, escuchado cuando una catástrofe natural le ha arrebatado todo? Creo que la respuesta es obvia con los momentos que vive la Comunidad Valenciana. Existen como han existido siempre «ciudadanos de segunda» y hoy más que nunca los tenemos junto a nosotros. ¿Quiénes son los diseñadores de estos conceptos? Aquellos que nunca van a perder nada. Los que siempre tendrán respuesta para las preguntas comprometidas, haciendo encajes de bolillos con promesas vanas y mentiras solapadas. Cuando se escurre el bulto para no dar la cara frente a una desgracia. Eso sí, procurando que todo esté bajo control para hacer más daño todavía. No es el momento de poner tiritas ni bajar la cabeza porque si nos descuidamos la perderemos también. No es la hora de aguantar ni de enervar más los sentimientos de quienes lo están sufriendo. Es el punto de partida para crear un «basta ya» rotundo y sin esquinas, porque siempre se suele esconder en alguna de ellas la resabiada venganza de los que llevan demasiado maquillaje. Con cerebro todo se consigue ya que en las cabezas de aquellos que nunca «van a perder nada y se las saben todas» su caducidad les ha puesto en la cinta de salida. La resiliencia que existe hoy en nuestro país es inmensa para desaprovechar este momento. La prontitud es clave y la decisión también lo es. ¡Cuánto vamos a perder todavía si actuamos con la pasividad de los gobiernos que han hecho que se pierdan vidas humanas! No hay ciudadanos de segunda, pero sí que hay políticos de tercera.

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