
Feliz cumpleaños. Sí. Porque todos cumplimos hoy un año más en nuestro planeta Tierra. Unos a una hora y otros a otra, pero cumplimos. Hacer balance se ha convertido en algo muy normal, lo que no es normal es que apenas intentamos proponernos todo aquello que sin dudarlo sabemos no haremos. Y así desde que el mundo es mundo porque detestamos cambiar. Nos acostumbramos a unas reglas preestablecidas que lo único que hacen es absorber nuestro yo personal y auténtico. Estamos sucios porque sin quererlo nos hacemos cómplices de quienes nos manipulan bajando la cabeza y eso no es bueno. El hombre tiene que ser consciente de lo que es y no dejar que nadie fije sus pasos ni trace su futuro. Tiene el poder de decidir y de plantarse y aún así cuesta conseguirlo. ¿Dónde está la inteligencia humana? Hoy en día la inteligencia artificial nos va pisando los talones de una manera desorbitada y también hay que reconocer que es buena, pero nunca llegará a donde el hombre no desea que llegue. Decisión y respeto sin confundir fronteras ni destrozar la esencia misma de la persona como tal. Hoy terminamos un año lleno de barro, corrupción y falsedad en el que todos hemos puesto un granito de arena con nuestra manera de comportarnos. Los que llegan de otros países nos piden asilo y los que se entronizan sobre nuestras vidas no nos hacen posible que remontemos a las calamidades. Estamos sucios y lo sabemos pero es mejor mirar para otro lado. Siempre habrá una oferta mejor a la que agarrarnos. Espejismos que no nos llevan a ningún lado ya que todas las esquinas de este futuro que se nos brinda son redondas y no podemos agarrarnos a ellas.

FELIZ AÑO 2025