Naturaleza perfecta

La pequeña ardilla tenía mucha hambre y por ese motivo esquivó mi presencia haciendo de su comida lo más valioso. Confió en mí y apenas se movió. Sobre un verde manto se preparó para deleitarse con aquella piña que de uno de los árboles que habitan en el parque fue a caer junto a ella. Hay lugar para todos. Naturaleza perfecta.

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