Hasta encontrar la luz del sol

Trepadora y atrevida la parra se encarama por la balconada de esa casa. Sabe que allá arriba está el sol y mientras su retorcido cuerpo aguante no dejará de intentarlo. Rincones que nos atrapan entre la inmensidad de esos campos de Castilla que a pesar de sus tiempos y de sus conquistas, siempre escriben en nuestra memoria la belleza de un lugar, el latido de su tierra y la diversidad de sus gentes. Y el hombre seguirá caminando sobre sus inmensas llanuras y continuará increpando a los molinos como aquel ilustre caballero que tanto nos hizo soñar y que a veces muy poco recordamos. Otros caballeros andan hoy por España sin apenas entender casi de nada. Coronándose como líderes y tropezando miles de veces en las mismas piedras. No aceptando las derrotas e involucrando a los enemigos de sus fracasos. ¡Así cualquiera Don Quijote! Porque por mucho que intenten ganarle a los molinos, menos cordura habita en sus cabezas.

Deja un comentario