Costa Brava

Aún encandilada por el sol de la tarde la Costa Brava trata de mostrarme su austera pero impresionante belleza. Lejos quedan recuerdos junto al Mar Mediterráneo que a pesar del tiempo son capaces de despertar en nosotros la luz de su playa, sus pinos junto al mar y alguna que otra gaviota que se acerca a nosotros. Paz, quietud y luz, mucha luz, de la que tantos poetas y pintores han sabido sacar la verdadera esencia de esas tierras. Pero ¿separarse de qué? si aún así la humanidad está aislada por completo. No sería mejor reconocer lo que es nuestro y procurar que en cada una de nuestras provincias seamos siempre los primero, los únicos, los verdaderos. Y no pensar siempre en ese aislamiento geográfico que nada tiene que ver con el amor a una tierra. Quizás tengan razón o tal vez ni tan siquiera saben lo que quieren. Una pena que al final tendremos que pagar por la cerrazón de quienes buscan la fragmentación de España.

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