
Buscar el epicentro de las cosas a veces resulta más comprometido de lo que nos figuramos. La vida es un reto y como tal hay que tratarla, pero en ese caminar los baches amenazan nuestro estado de ánimo y nos descontrolamos. Nos venimos abajo o por el contrario, buscamos ese escape de la realidad viajando por los espacios de nuestra imaginación que tan abandonado los tenemos normalmente. La mente es maravillosa y lo que podemos hacer con ella espectacular.