Aquellos que hemos tenido la suerte de visitar la capital del Sena no podemos retraernos en la nostalgia cuando encontramos una señal de esa esencia que rezuma por todos los rincones de París. Me refiero a lugares que no suelen pasar desapercibidos antes los ojos del visitantes y que nos transportan a esos días de callejeo y entusiasmo que se viven recorriendo el paseo de Rívoli, Campos Elíseos. En el mismo Puerto de La Luz y de Las Palmas me tropiezo con ese cartel del Moulain Rouge y me parece volver atrás en el recuerdo. Un encuentro con esos días que no podemos olvidar y que tanta huella nos dejaron.¡ París bien vale una visita!