Imagen cedida por Rafael Barreto.
“La indignación y la determinación son dos de las grandes emociones que conducen al cambio”
Encallar en el viejo habito de creerse imprescindible es un error. Hoy los tiempos nos reclaman aires nuevos y nuevas ganas de la manos de quienes apuestan por un cambio. No hay barita magica que nos acredite al cien por cien de que no nos vayamos a equivocar pero sin lo intentamos jamás saldremos de esta larga agonía que nos absorbe. Los perdedores son aquellos que nunca intentan arriesgar por una causa justa que favorezca a todos. Somos los autores de nuestra propia historia hay que dejar paso a aquellos que son el futuro y que necesitan luchar por él. Nadie puede vivir la vida de otros y se así lo creen están muy equivocados. Hay un tiempo para todo y la razón de que estemos ya casi sin tiempo es el resultado de una mala gestión. Oír, escuchar, y sobre todo no intentar bloquear la acción de los demás porque quizás sea esa la mejor opción. Nos crean el miedo por no tener argumentos necesarios y de peso por no querer dar un paso aun lado y creerse los laureados de la historia de un país.