¿Quién no ha sucumbido frente a una verja o entrada de un jardín? Es el misterioso enigma de querer traspasar todo aquello que nos llama la atención y sin embargo dudamos un poco a la hora de cruzar el límite. Como todo en la vida la decisión es lo más importante. El misterio se esconde entre las piedras y las ramas y la historia fluye a modo de cortina en verde que nos invita a pasar. Jardines con historia o la historia de tantos jardines perdidos por el mundo donde el hombre deja su huella al enfrentarse con la inmensidad de su espacio o de su laberinto. En España tenemos preciosos jardines y muy nombrados por cierto, pero a mi en particular me encanta descubrir aquellos que un día fueron magníficos y ahora solo conservan las ruinas de su memoria. Dicen que la grandeza de la vida se halla en la espontaneidad de la muerte. Nunca abandones un sueño por pensar que te va a llevar demasiado tiempo realizarlo porque ese tiempo de todas maneras pasará. Traspasar el umbral de esa puerta es como encontramos con ese silencio en el cual se forman las cosas grandes, entre esas mil rutas que se apartan del fin elegido pero siempre existe una que nos hará llegar a él. En esa mirada arcaica de las columnas, de las paredes, de sus fuentes y de sus secretos es donde la brújula de nuestras decisiones se pone a trabajar.