Y también el más noble. A pesar de su tan grandioso cuerpo van regalándonos en su caminar la experiencia, la paciencia y sobre todo la majestuosidad. Frente a su sorprendente trompa y a sus batientes orejas el mundo se inclina ante ellos porque son la lección pura de esa naturaleza que tanto desconocemos y que por desgracia muy poco cuidamos. Imponen a la vez que hechizan con su grito de felicidad o de rabia. ¡Cuántos negocios se han hecho con sus enormes colmillos blancos! Ese enorme animal de grandes patas y de mirada tierna no esconde maldad solamente desea vivir y ser contemplado como algo grande que recorre las sabanas del mundo haciendo con su presencia la verdadera razón de muchos rincones de la tierra. Desde India hasta África permanecen testigos de la evolución del hombre habiendo sido también victimas del mismo. Sobre de ellos o contemplados en la distancia podemos estar convencidos de que la vida se escribe en la natural belleza de las cosas.