«Solo cerrando puertas detrás de uno se abren ventanas hacia el porvenir». Las etapas de la vida no solo nos hacen añorar lo que se queda a tras sino que nos dan la opción de valorar cuanto hemos hecho y lo que hemos aprovechado de ellas. Mirar detrás de esas ventanas nos consolidan frente al mundo. No hay lugar para las lágrimas porque estas están hechas de poder y con ellas limpiamos todo aquello que hasta hoy nos parecía borroso. Muchas veces las ventanas cuestan de abrirse y nos desconsolamos pero todo lleva su tiempo y con él su resultado. «Porque la vida debe ser comprendida hacia atrás, pero y ha de ser vivida hacia delante»