No somos conscientes del daño que las administraciones públicas han ido hacienco con los mayores. Cuando ya no se tiene derecho a casi nada, cualquier lugar es bueno para aparcarcos. Muchos hospitales se ven con pacientes abandonados por sus familias y allí permanecen hasta que el gobierno les encuentre un lugar donde acogerlos. Pero ¿De verdad se implica el gobierno en esta cuestión? Si. Se cosntruyen residencias pero no hay plazas para todos. Siempre aquellos con padrinos son los bautizados. Los demás a esperar si no se llega demasiado tarde para ello. Las ayudas se conceden perotardan un imperio en llegar a quienes las solicitan. No todos pueden ver que sus derechos son respetados pudiendo acceder a una calidad de vida digna. Estamos inmersos en esa realidad silencioso que todos conocen pero que casi nadie se implica en ello. En todas las sociedades de la humanidad los ancianos, nuestros mayores, un papel decisivo en la trasmisión del conocimiento. El homo sapiens primitivo consideraba al anciano no como una carga sino como los verdaderos depositarios de la memoria colectiva de una sociedad. Hoy muchas familias viven de ellos y les cobijan para poder sacar los hogares adelante. ¡Que vergüenza! Y todavía deben salir a la calle para que los gobiernos les escuchen y suban sus pensiones. ¿Dónde estaríamos sin ellos?
«Agradece a la llama la luz pero no olvides el pie del candil que constante y paciente sostiene a las sombra»