Cuentas y cuentos

Se dice que con la existencia surge la particularidad y de esos saben los bancos de nuestros parque o nuertas avenidas. Sentarse en ellos nos hace sentirnos los reyes del mambo. Mirar pasar a la gente o simplemente dibujar alguna que otra cosita en la libreta de bolsillo ya nos convierte en creadores de un momento. Todo sea por sentir inmersos en el bullicio y la consecución de instantáneas que vemos desfilar frente a nosotros. Los cuentos de la ciudad pordían ser los diarios personales de ese paseante que gusta observar desde una esquila del banco como la vida pasa, se tranforma y si es juicioso, como va muriendo lentamente con la caida de la luz. Y deseos cuentos de ramblas y de parques salen tambien la cuentas de otros muchos instantes retraídos en nuestra memoria y que romperán a volar para perderse en la vorágine de las ciudades. Cuentos de añoranza o de ficción que se hermanan con las cuentas de los fragmentos alineados de la vida.

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