
¿Es posible pensar que podemos comprar algo que en realidad no existe? El futuro no existe, solamente lo vislumbramos según nosotros deseamos llegar a él. Hacernos los dueños y sin embargo todavía no hemos despegado del ahora. El mañana no existe todavia y nos empeñamos de comprarlo. Sabemos que el tiempo nos adiestra para llegar a ese fin que llamamos «el día de mañana» pero no lo conocemos ni nada ni nadie nos puede confirmar de su existencia. Pero todos queremos comprar el futuro y los que no tienen posibles llegan a dar la vida por él. En medio del mar o al otro lado de los desiertos. Sin importarles lo que dejan atrás porque viven en la creencia de que ese destino es el que les va a proporcionar su libertad. Muchos sin embargo tratan de comprar el futuro de quienes más necesitan de él amasando fortunas por algo incierto. Las esquinas de las oportunidaddes están ahora llenas de ilusiones, mientras que las causas de nuestros conflictos como personas en esa interminable dualidad del deseo, del corredor infinito de los opuestos que generan la envidia, la avaricia, la ambición y sobre todo el miedo. Esa sombra casi indestructible que nos acecha y nos provoca a esa búsqueda desesperada de libertad, calma y sobre todo futuro. La vida se escribe a cada segundo, sin dimensión ni forma ya que cada unos de esos segundos es bien distinto del siguiente. Solamente con la perspectiva de ser capaces de hundir nuestros pies en ella con cada paso que demos. ¿Podemos elegir?, ese es el aspecto de nuestra inteligencia.