Entender-se

Nada hace presagiar que el hombre llegará algún día a entenderse con el hombre. Nadie es capaz de renunciar a nada y nada es posible mientras releguemos el diálogo a la razón. La palabra es el arma más maravillosa con la que el ser humano puede alcanzar sus proyectos, sus metas su intercambio con los demás. Nadie sabe escuchar pero sí que todos quieren meter la cuchara para llevarse a sus terrenos esos desafíos que destruyen, esa violencia que amarga y ese comportamiento que a veces nos parece inenarrable. Se habla mucho o tal vez demasiado de un problema que afecta a miles de personas en el mundo. La salud mental ha tomado su escaño frente a la observancia pública y a penas somos capaces de encontrar esa razón por la cual se ha colado en nuestras vidas. La mente y los problemas relacionados con la mente humana son el fruto de nuestro comportamiento con los demás. Intentamos echarle la culpa a esa falta de atención, a ese distanciamiento entre jóvenes y niños en los colegios y sobre todo en la escasa comunicación existente desde nuestra casa hasta nuestro entorno diario. El temor se ha instalado en la vida del ser humano y ya apenas es capaza de reaccionar por sí solo. Necesita un apoyo, una luz que el guíe porque la soledad le hace víctima de su propia existencia. Entender-se es saber por qué actuamos así y todos las cuestiones que nos hacen ser así frente a los demás. Mientras la palabra siga erradicada de la relación entre las personas, las naciones y los valores jamás seremos capaces de dotar al mundo, a la sociedad y a nuestro futuro de la estabilidad que merecemos. Dañamos nuestra salud porque el entendimiento de la razón nos va haciendo cómplices de esas malas prácticas que florecen a diario sesgando sueños, destrozando futuros y entronizando a la maldad como arma arrojadiza de quienes dicen ser los elegidos para luego caer en el olvido. Lo triste es que el daño ya está hecho.

Deja un comentario