El alba es el comienzo de un nuevo día. Despuntando y pespuntando nuestros proyectos cotidianos frente a la jornada. Jamás es igual y yo desde mi ventana lo veo. A veces las nubes me privan de ese espectáculo inenarrable e irrealizable para el ser humano. ¿Estamos preparados para saber desmenuzar tanta belleza? En la vida que nos toca vivir necesitaríamos años luz para aprender una milésima parte de ese contenido trascendental que es el universo. Todo se escapa a nuestro saber a la vez que nuestro entendimiento intenta atrapar la genialidad de lo indescriptible en ese ceremonial puro y legitimo que conforma el conjunto de sintonías para un acto inconmensurable como es el alba.