Muchas veces nos parece que las cosas que están al otro lado de la vía son mejores o más conveniente. Pero a veces las apariencias engañan y no es así. Contemplar desde el otro puente lo que sucede un poco más allá nosotros muestra la visión tal y como es y aún así nos empeñamos en que en el otro puente está la solución. ¡Cómo nos engaña nuestra propia fantasía! Las cosas suceden cuando y donde tienen que ocurrir. Nada está en nuestras manos a la hora de que las circunstancias se presentan. Bien está lo que bien acaba.