Término habitual del diccionario para describir una posición cómoda y relajada de una persona o de un animal. A veces nos sorprendemos de las ocurrencias de estos seres vivos que nos acompañan a diario en nuestras casas y que ya son parte de la familia. Por mucho que insistamos su lugar en la casa ya está establecido y ¡cuidadito! que primero nos pondremos nosotros en la dura silla antes de levantar al animal de su confortable sillón. Todos somos cómodos por excelencia pero en estos casos nos supera la ficción y si el felino o el animal que sea se nos deprime ya estamos regalando besos y abrazos, mimos y carantoñas para que éste se vuelva a sentir como uno más. ¿Nos hacen realmente chantaje emocional? Yo creo que sí ya que siempre saben arrimarse a ese miembro de la casa más débil en sentimiento que jamás les dirá que no. Por supuesto que nos dejamos chantajear y también nos damos cuenta de que, a pesar de todo nos dan siempre lo mejor y a cambio de nada.