La palabra «decostrucción» es un término utilizado por el filósofo posestructuralista Jacques Derrida. Destruktion, reducción a la nada, como ella se ha abatido. Junto al concepto de tiempo, velando por algunas etapas sucesivas donde la experiencia de ese tiempo ha sido recubierta por la metafísica, haciendo olvidar el sentido originario del ser como ser temporal.
«Anitya» transitoriedad, no permanencia. Toda existencia condicionada sin excepción está sujeta al cambio. Estar siempre cuestionados, manipulados, ordenados no lleva a ningún sitio a la sociedad y al individuo en sí. La continuidad es importante pero s llevando a cabo esos acoples que asocien una evolución en el seno de la comunidad, de la sociedad. Hacer siempre lo mismo es cansino y produce deterioro. Abrir la mente y vivir la realidad tal y como es, no como prometemos que sea porque no hay ciencia que no haga fracasar las ilusiones creadas en beneficio propio o mediante el engaño. Estamos viviendo en una sociedad donde la vacuidad creadora se escapa a todos los niveles, La falta de estímulos se ve ahogada frente a los diminutos brotes que surgen pero nunca llegan a su germinar. Nuestro trabajo, aunque sea el mismo, jamás será igual. Las pulsaciones humanas, la hojas meciéndose al viento, las nubes recorriendo el mismo cielo no son las mismas del día anterior. Y todos esos condicionantes hacen que todo fluya y se renueve paulatinamente y no podemos evitarlo. Ir en contra de dicha evolución es ir en contra de la propia existencia. A esos cómplices silenciosos de nuestros deseos y desafíos. A esas piedras del camino que nos hacen parar para darnos la opción de replantearnos alguna decisión tomada sin pensar. A esas estrellas de las moradas internas de cada persona que a veces ni descubrimos que existen o que tal vez las estamos buscando en el camino equivocado. Por todo ello propongo esa cadena de enlaces que nos conduzca a una mejor visión de uno mismo frente al mundo y a las circunstancias