Plenitud que nos abraza cuando dejamos atrás lo cotidiano. Bajo nuestros pies una colcha de encache y sal circunda nuestros paso ya caminados en el remontar de esa experiencia única que nos transporta. «Más acá del paraís0» cercano a las montañas más altas, a los acantilados de mi isla, donde el brote mágico de lo inexplicable rubrica con su esencia de vapor de mar todo un dosel bajo el límite de la propia naturaleza. El sonido del viento baila con nuestros cabellos y en la agonía angosta del descendimiento se entremezclan los rumores de lugares lejanos. ¿Dónde está el paraíso? Allí donde creemos ser felices.