Como la vida misma. Todo requiere su tiempo y su maduración. Nada está hecho pero sí que está definido su comienzo. Antiguas elemento de peso que nos sorprendía en los lugares más inhóspitos de nuestras casas. Hoy todo queda reducido a la tecnología y cuando esta falla nos perdemos en la vorágine de la confuusión, los nervios y las equivocaciones. Pero así está hecha la existencia del hombre, en porciones. Calculando cada paso y cada decisión, porque si nos salimos de la balanza la situación se complica. Nos alegra ver que estos instrumentos aún siguen guardando esos espacios de la historia, de nuestra historia, donde el tiempo es el único autorizado a balancear las pesas y a crear los pasos que nos hacen avanzar. Como todo lo bueno hay que tomarlo a pequeños sorbos y la suma de todo es el resultado exacto.