Entendemos por señorío al dominio de una parcela, vivienda o lugar. Muchos son los señoríos que a través de la historia se han sucedido y en el transcurrir del tiempo muchos han pasado de generación en generación. Pero no todo el mundo es «señor» ni tampoco todas las propiedades son «señoríos». Mucho elevan su soberbia por la simple cuestión de beneficiarse en los entes sociales y eso en la mayoría de los casos se nota. Cuando se es «señor» se es y por mucho que le echemos encima para adornarlo de nada sirve. Otros por el contrario viven en el anonimato más total, aunque siempre dejan constancia de serlo.