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Cuantas veces nos han propuesto algo y nos paramos a pensar en los pros y en las contras de esa maravillosa idea. Las oportunidades pasan una sola vez en la vida y tal vez ese momento de conjeturas en nuestra decisión nos condicione en pensar qué hemos hecho. Nunca cierres tus puertas a ese desconocido llamado destino. Trátalo bien y escúchale porque de lo contrario no volverá tocar a tu puerta. El destino lo hacemos todos y cado uno de nosotros. Ya podemos guiarnos por las estrellas, por las manos, por los posos del café, lo cierto es que en cada uno de nuestros minutos de vida están escritos los pasos que nos llevarán a conseguir lo que deseamos. El amor a la vida es la consecuencia de querer a volar sin límites y sin condiciones.