Y nos hace contemplar bellos ponientes. Sin esperarlo, de repente, el cielo dibuja un nuevo lienzo. Jamás se repite porque en él está la creación misma. Llega el otoño con paso joven y mente despejada para reencontrarse con nosotros en un soneto de luces y de sombras teñidas de la nostalgia de días pasados y de futuras ilusiones. La carretera avanza frente a nosotros y debemos caminar en ella para conseguir esos logros que se han ido fraguando entre los días de un estío que ya marcha despacio.