¿Qué hay detrás de tu mirada? Sin hablarme me dices tantas cosas. No encontraremos jamás nuestro lugar en el mundo civilizado  por todas esas atrocidades que a diario cometemos con nuestros animales de compañía.  El hombre, ese verdugo cruel que tiene en sus manos el poder de decidir tu destino nunca podrá hallar el sosiego si no es capaz de mirarte, respetarte y quererte como tú lo haces. Cuantas personas van a diario a los albergues para adoptar a una mascota y no se hacen con más porque apenas tienen sitio en sus casas y se van con el alma encogido por tener que dejarlos atrás. Los animales son parte de nosotros y a ellos les debemos respeto y cuidado. No son objetos para presumir ni tampoco darle envidia al vecino por hacernos con un ejemplar único. Está muy de moda llevar al perrito de paseo mientras caminamos por calles y plazas, pero en realidad ¿sabemos lo que estamos haciendo o más bien nos vemos a nosotros/as mismas realizando el deporte de moda con nuestra mascota?. Tener un perro es mucho más que eso. Es compartir, hacerle partícipe de nuestra vida, tanto si estamos felices como si estamos entristecidos por algo. Sin pedirnos nada a cambio siempre está ahí, a nuestro lado. Sintiendo nuestro sentimiento y haciéndonos más llevaderas las cosas en momentos de soledad. Su lugar no será nunca reemplazado por otro ya que él siempre será el nuestro. A esa mascota cogimos porque alguien ya no podía hacerse cargo de ella  no se olvida jamás. » A esas mascotas que un día llegan a nuestros brazos porque no tienen otro lugar. Que con sus miradas nos calman, nos arañan el corazón y nos comprenden. A tatos y tantos que por circunstancias no volvieron a ver a sus dueños quiero dedicar este artículo con la conciencia y la convicción de que en el mundo hay y seguirá habiendo gente buena. Que la justicia recaiga una y mil veces sobre  quienes se lucran con el dolor  de estos animales para que nunca sientan la compasión de ese incondicional cariño que puedan darles porque el mal no es amigo del amor.