Pájaros en libertad que respiran el aire fresco del las Cañadas del Teide. Nos miran y se sorprenden pero no hacen ningún ademán por marchar. Se sienten bien y beben el agua fresca de la maceta.
Mientras un mirlo aprovecha las migajas de los restos que alguien disfrutó comiendo junto a la Caldera. Momentos, instantáneas que hace del abanico de la vida un «Paraíso» en libertad donde todos tienen cabida.