Algo que no se puede marchitar. El recuerdo pero mucho más aún lo que dicho recuerdo dejó en las personas que por suerte lo han vivido. La vida se renueva constantemente pero jamás se marchita. Todo fluye y a todos nos toca recibir ese legado natural que nos hace crecer y expandirnos. El hombre tiene que creer en todo aquello que hace y que disfruta de ello porque la renovación y la conservación de esa expansión debe subyacer desde el hombre y para él mismo. Un día escuche que las verdades elementales del hombre y de la vida caben en la cola de un colibrí. Pero en ella caben todo los colores del arco iris.