Son día de echar leña al fuego para mantener los hogares calientes y de propinar, no solo aguinaldos, sino también improperios. Las ascuas de la discordia están encendidas y el humo que de ellas emerge no es del todo inocuo. Estamos atravesando un ecuador político lleno de brotes y de maleza que intenta apoderarse de la buena o mala actitud de nuestros representantes políticos. ¿Qué ha pasado con el respeto y de las buenas mañas para ser legales? Nada más lejos de la realidad. Las calles presentan sus más variopintas decoraciones y en las grandes superficies se masca cierta morriña de tiempos pasado donde la actitud era el principal baluarte. La suerte. ¿Qué es la suerte? si no destrozarnos la cabeza para poder afrontar más impuestos y escuchar nuevas memeces de aquellos que dicen saberlo todo y poder arreglarlo, no siendo los Reyes Magos de Oriente. En resumidas cuentas la cosa anda caliente y su incandescencia hace reflejos para todos los lados. estamos a escasos día de terminar otro año y el túnel sigue siendo largo y confuso. De luces de recuperación nulas. Seguimos siendo las mismas marionetas frente a referéndums, elecciones, leyes y presupuestos y el que se libre de todo esto es un iluminado.