La vida se compone de momentos y en ellos quedan atrapadas todas nuestras vivencias. No por eso hay que destruir lo que se ha ido o lo que ya nos parece obsoleto porque conforman el eslabón de lo que tiene que venir. Pero la persona, el hombre con raciocinio y decisión debe ir evolucionando a medida que todos esos momentos se muevan y queden escritos en los renglones de tiempo y de la historia. Toda nación, todo pueblo se crea y evoluciona con el paso de su tiempo. No con el que algunos les gusta mantener abandonándose a rutina de ideas y enfoques que, si en un momento fueron relevantes ahora ya no lo son. El mayor error que puede cometer una persona es tener miedo a comer un error. Siempre hay que dar «un paso adelante» para intentar solucionar la situación que nos condiciona y contamina a quienes un día confiaron en nosotros. Vivir en ese terno presente no nos da la razón de ser más inteligentes o estar en lo cierto únicamente nos lastra para que las infinitas posibilidades que la vida no ofrece a cada paso. Estar al margen del mundo no es protegerse sino lapidar un futuro en el que están todos incluidos nosotros. Adelante, que quienes no intentan nada jamás podrán vencer.