Se han vivido horas de incertidumbre ante la amenaza del huracán Leslie que dio vuelta para regresar al Atlántico. Nos había cogido cariño y se cebó con el Mediterráneo. A Portugal llegó cabreado como un niño con la pataleta de turno. Canarias se salvó por lo pelos de esa cola enfurecida que pronosticaba tiempo convulso. La tarde del viernes nos regalaba esta preciosa puesta de sol desde Santa Ursula, norte de Tenerife. Fue como un guiño al huracán Leslie que ya pasó a la historia.