Con ímpetu se lanza el agua de la cascada intentando volar como el viento. Mientras baja dibuja ventanas de cristal en la armonía de sus contrastes haciendo sentir la vertiginosa danza de caer al vacío. Como una ninfa embelesada por su olvido y también transparente evocación hacia las cosas más sublimes y tiernas. Salto de agua que emerges como s salieras de la chistera de un mago haciendo arco iris con el sol y virtuosas melodías con el cano acompasado de tu viaje. Allí arriba vuela otra mañana a los acordes de un octubre que agoniza mientras el Gigante acecha ya con su cabeza coronada con las primeras nieves.