Me he mirado en las tranquilas aguas de la fuente que aún permanece dormida en los jardines del Taoro. Cuando todo bullía al son las ruletas de ese Casino que le hizo singular en las noches del Puerto de la Cruz y su hotel donde se llegaron a hospedar figuras de la literatura mundial como fueron Agatha Christi o la entrañable escritora cubana Dulce María Loynaz. Paseos de este parque que ahora se ven frecuentados por caminantes anónimos o grupos de aficionados al deporte y a la competición. Entre sus parcelas existen iglesias y pequeños hoteles que dan cogida a quienes llegan en busca de tranquilidad en plena ciudad turística. Paseos de hoy con la memora de un ayer no tan lejano y que un día colocaron a esta ciudad entre las más atractivas. Sonidos de un tiempo que se mantiene parado bajo la mirada del Teide.