La seguridad plena ¿existe o no?. Una pregunta que nos hacemos constantemente en nuestra vida. Tratamos de atar todo aquello que anhelamos, que soñamos y así creemos que sin lugar a dudas irá saliendo como lo hemos planteado. Pero nada más lejos de la realidad ya que las fortalezas están hechas de cristal y cualquier vientecillo puede arruinar nuestros proyectos. Confiar si pero amarrar no. Todo sucede cuando debe suceder por mucho que lo planifiquemos. A través de esas vidrieras la vida pasa y la vemos desde el otro lado pero no somos dueños de sus pasajes únicamente los receptores de sus caprichos.