Ya no estamos acostumbrando a imágenes como esta donde el sentimiento es solo de unos pocos mientras que los demás miran para otro lado. Nos enteramos de tantas estupideces con el sello personal del hombre que a veces preferiríamos haber nacido en otro planeta. Y es la rubrica del hombre la que aparece siempre en estos lugares. Desde que el mundo es mundo la emigración existe y no podemos erradicarla de un plumazo construyendo alambradas o levantando muros de hormigón. ¿Es que ahora se mide la fuerza de un hombre creando una parcela para que los demás no puedan acceder a un proyecto de vida? A un lugar donde crear una familia o simplemente a ese sitio donde realmente nos podamos sentir realizados. Pies descalzos sobre la arena, quemados por el sol y muchos ni han podido ver un nuevo amanecer. Niños huérfanos que son rescatados del mar o de los desiertos para recluirlos en campos de refugiados donde el proyecto de sus vidas queda oculto tras el ocaso de su futuro. ¡Qué estamos haciendo!. Convirtiendo al mundo en una fortaleza frente a nosotros mismos. Estamos tan convencidos de que cerrando puertas estaremos más seguros que al final quedaremos solos frente al mundo.