Limpio, puro, acicalado. Sin defecto alguno para mostrarnos su presencia, la playa de Almáciga en el municipio tinerfeño de Taganana nos sorprendió nuevamente. Perteneciente al Macizo de Anaga donde la obra de la naturaleza se hermana con ese sol deslumbrante de una mañana de Julio. En esa epifanía en la que toda manifestación aparece por encima de una profunda realización cuando llegamos a comprender la verdadera esencia y naturaleza de las cosas.