Dicen que la libertad solo existe en la tierra de los sueños, pero siempre para aquellos que ponen sus sueños en las manos de quienes no pueden destruirlos. Y es así de simple. Cuando esos seres nos dan todo su cariño y se aferran a nosotros como su fuerza y protección nada vale para frenar ese cariño mutuo. Nada se hace sin que antes lo imaginemos, pero en este caso sobra ese pespunte para que ellos intuyan que si somos los verdaderos ejes de su existencia. Piensan en los que están lejos momentaneamente, porque según saben su esencia sigue viva entre las cosas que les pertenecen. Y es que no solo puedes depender de tus ojos cuando tu imaginación se encuentra fuera del foco.