Serpenteando Octubre ya va. Entre las largas sombras de sus cortas tardes. Haciéndose el protagonista de nuestras vidas a diario. Un mes que va anidando entre sus esquinas las horas frente a la ventana. Su cansino sol tira por la borda toda esa paleta de colores que ha ido extendiendo desde el comienzo de la primavera y ahora ya solo le quedan los tonos más bellos y significativos. Mes para recordar y también para hacer recuento de tantas cosas que hemos vivido con gran rapidez porque nuestras mochilas estaban repletas de sueños. Ahora deshacemos esa madeja por la que tenemos que ir caminando y de la que no debemos alejarnos ni soltar. Comienzo de la exuberante sensación de estar vivos y de saber cuestionarnos esas lecciones porque detrás de las sombras volverán nuevas primaveras. «Me envuelvo en tu amarillo naranja de tu luz que ya no daña a mis ojos con su potencial nitidez y me sumerjo en ese somnoliento resurgir de tu aroma. Observo al intenso color de tu piedra, el ópalo azul, que inspira esa letanía de magia y recuerdo frente a un mar que ya susurra en mi nombre»

Frente a la ventana el sol se pone cansado ya de alumbrar