
Todos somos cómplices de las situaciones. De nuestras decisiones ya que a veces no nos molestamos demasiado el ello y luego «a echarle la culpa al buggy». Nada de esto tiene sentido y más aún cuando todo se ha vuelto una comedia burlesca en la que todo vale y si te he visto no me acuerdo. El Reino Unido ya ha marcado su ruta y a pesar de muchos quebraderos de cabeza «los británicos siempre saben bien lo que hacen». Llevando la contraria no se pierden y contnúan siendo ellos mismos. Hay que mojarse si se quiere avanzar. No todo es bueno y si nos lo pintan de color de rosa mejor que mejor. España es divertida y como tal aqui hay de todo, mientras el gobierno continua vendiendo las habas al mejor postor para hacerse con la investidura. Algo que ‘casi seguro, va a durarnos menos que un caramelo en la puerta de una escuela. Y digo «escuela» ya que hoy los niños de los colegios no comen caramelos. Digan lo que digan somos vctimas de nuestras decisiones y de nuestros decuidos. Hasta una niña de catorce años ha movilizado la cumbre del clima mientras los mandatarios se esconden debajo de sus chaquetas. Un mundo de locos o un mundo de demasiado cuerdos. ¡Quien sabe!. Todavía nos quedan un par de semanas para terminar el año y muchas cosas se quedarán sin resolver. Eso si algunos seguirán avanzando y otros nos abuerriremos entre pactos, reuniones y sinsentidos logicos porque mientras impere el egoísmo politico no habrá quien enderece el timón. Cambiar a estas altura sería algo que la España que conocemos no será capaz de afrontar. El puzle democrático está todavía en pañales.