
El día y la noche cuyas horas son 12 cada una . Solo hay dos equinoccios; el vernal y el otoñal. Acabamos de entrar en otoñal y la sintonía del aire y los reflejos de la luz se aunan para entretejer su período de vigencia. En esos períodos de tiempo donde se verifican una serie de acontecimientos o fenómenos hasta llegar a uno a partir del cual volverán a producirse en su mismo orden, los denominados los ciclos de la vida. Con la Luna Nueva nos aventuramos a comenzar este camino por los momentos del otoño donde la vida se segmenta o se auna en esa renovación que incita al descanso de la naturaleza y la llamada ausente de todo lo que reverdece desde el agua de lluvia y el movimiento acompasado de las olas. A partir de los cuales la creación se pone a merced de esos esos fenómenos del tiempo que hace de ellos su mayor obra.
