
El Teide se viste de invierno y con su manta blanca nos da una lección de esperanza frente al futuro. Siempre que podamos encontrarnos con la sabia lección de la naturaleza no cabe motivo para renunciar a seguir adelante.
El Teide se viste de invierno y con su manta blanca nos da una lección de esperanza frente al futuro. Siempre que podamos encontrarnos con la sabia lección de la naturaleza no cabe motivo para renunciar a seguir adelante.