
Dicen que la nostalgia y el recuerdo se instalan junto a nosotros cuando las avenencias de la vida cobran protagonismo. Pero a veces este misterio se suscita a través de la lágrimas cristalinas posadas sobre el cristal de nuestra ventana. Recorrer junto a esa gota de lluvia los caminos del vidrio nos pueden hacer sentir la leve sensación de que estamos volando y que en ocasiones intentamos atrapar alguno de esos momentos felices que ahora se dibujan frente a nosotros. A través de la lluvia podremos incluso escalar grandes montañas o tal vez sumergirnos en la apacible y sosegada estela de ese vinculo que nos une en el tiempo, en la distancia y porque no en los recónditos paraísos de nuestra imaginación. Tal vez no nos diga nada este lienzo salpicado de cristales redondos y fríos que como versos sueltos se espanden de manera ordenada sobre la tranparente armonía de d saber mirar a traves de la lluvia, entonces podremos llegar a la conclusion de que muchas de las páginas de nuestra vida siguen todavía en blanco.