
Quizá lo que nos parezca más grande sea a su vez lo más delicado. La voluntad es sin lugar a dudas una de las cosas que más cuesta mantener. Inmensa en su liviana sabiduría que nos adiestra y nos hace ver que con tesón todo llega a coseguirse. Einstein dijo una vez: » Hay una fuerza motriz más poderosa que el valor, la electricidad y la energía atómica; la voluntad». Y que poco cuesta mantenerla. Muchas veces nos rendimos ante ella y dejamos que los problemas nos agobien y la pereza se haga la duela y señora de nuestros actos. No somos demasiado conscientes de su enorme valor para hacernos seguir adelante. Y con su presencia y su impulso todo parece que responde y fluye como si viésemos volar esa pluma a merced de viento. Qué lejana nos parece la luna en una noche despejada y también y qué pesado su semblante enmedio del cielo de la noche. Aún así su presencia es leve y poderosa como la voluntad de querer y el tesón de avanzar.