Luz de abril

Bien distinta se nos antoja esa luz del mes de abril. A pesar de esas nubes caprichosas que intentan por todos los medios fastidiarnos la fiesta. La preciosa locura del tiempo que cada año menea su loca cabeza dejando a su paso el pólen de las flores y el vals de las abejas. No somos demasiado conscientes de la riqueza que alberga esta ópera escrita mucho más allá de las nubes y más lejana que el horizonte. Tantas son las cosas que olvidamos pero más aún las cosas que de alguna manera ignoramos entre los pasillos de nuestra agitada vida. Aunque ahora ya hemos aprendido a valorar algo más de ese pentagrama que cada año desciende sobre la nítida presencia del aire o la plateada estela de las constelaciones.

En las calles de esos jardines que ahora lucen con sus mejores galas podemos llegar a escuchar el repicar de ese tiempo acompasado que en cada primavera nos advierte de la cercana luz de abril .

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