
Cómo comprender el verdadero sentido de la existencia. La muerte forma parte natural de la vida. Después de explorar en profundidad la manera en que cuidamos a las personas en su etapa final se ha demostrado que morir puede ser una experiencia serena e incluso transformadora cuando a quien vive ese momento se le ofrece un amor más incondicional y una actitud más iluminada. Esas nubes de otoño que son tan efímeras como nuestra existencia han de ser observadas como el movimiento de un baile. Porque la vida entera es como un relámpago en el cielo y se precipita hacia su fin como un torrente por una montaña empinada. Ignoramos esa impermanencia que es la vida. Esa es la única cosa a la que tenemos que aferrarnos. Igual que el cielo y la tierra. No importa que todo cambie o se venga abajo alrededor de nosotros, ellos seguirán ahí. A veces la tierra tiembla bajo nuestros pies para recordarnos que no podemos dar nada por sentado.¿Qué es nuestra vida si no una danza de formas efímeras?. Todo es un movimiento constante. El viento mueve las hojas del árbol y las hace caer al suelo. Volverán a nacer de nuevo. Todo cambia, incluso ésta carta no tardará en ser tan solo un recuerdo. Piensa siempre que hay que mantener el corazón abierto porque es ahí donde sentimos aquellos que han pasado a un estado de efímera belleza y que siempre reconoceremos cuando se muevan frente a nosotros. El sol, el pájaro, la lluvia o el viento. La ventana de ese infinito no tiene puertas para nuestros recuerdo ya que formamos todos parte de él.

Al caer la tarde el arco iris apareció junto al Teide